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Werther


(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

«¡Vuelvo a mi interior y encuentro todo un mundo! Un mundo, sin embargo, en el que hay más presentimientos y deseos imprecisos que acción y realidades concretas. Y todo se diluye ante mis sentidos, y yo sigo, soñador, sonriendo por el mundo»

Las penas del joven Werther, 1774, J. W. von Goethe

Esta es una novela de género epistolar, adherida al movimiento prerromántico alemán del Sturm und Drang (tormenta e ímpetu), cuyo máximo exponente fue Goethe. De sobra conocido, este gran autor alemán impulsaría la literatura de su país a cotas máximas. En la obra, el autor se basa en sus propias experiencias juveniles, también enamorado sin remedio de una joven del mismo nombre que la protagonista del Werther, Lotte, y el suicidio por amor de un amigo suyo, que sería transformado en el final del protagonista. La escribió con tan solo 24 años, en el momento de euforia del movimiento literario que puso de moda los suicidios pasionales y en una época donde el spleen y la depresión recorrían Europa en forma de libros que traspasaban la vida. Morir por amor estuvo, desgraciadamente, en boga. La fiebre de Werther, como se le llamó al primer influencer emo de la historia, se fundamenta en los opuestos: el ímpetu y la tormenta de sentimientos, el pesimismo y el idealismo, la naturaleza en calma y las pasiones desbordadas, el blanco y el negro sin matices que puedan encauzar el pensamiento y la acción. La pureza y la fuerza de la juventud enfrentada a lo establecido y costumbrista de una razón ilustrada de la que ahora renegaban, no daban asideros suficientes para volcar todo este mar de emociones de forma encauzada y, al final, ese enfrentamiento entre realidad e ideal desembocaba en un apartamiento perpetuo cuya única salida conciliadora era la muerte.

Werther ya casi no existe, muy pocos son los que se matan por amor. Pero no ha desaparecido, pues muchos son los que sí lo hacen por otros sentimientos similares, como la falta de autoestima, la desesperación deshumanizada de los que sufren acoso y violencia, de todos aquellos que poseen almas sensibles y que tampoco, como Werther, encuentran su sitio en el mundo. Va por los que están aislados en un mundo con ventanas abiertas de cristal que permiten ver todo el exterior, pero que pueden convertirse en trozos mortales para segar vidas. Por eso, la literatura no es exageración, ni una sublimación de sentimientos inexistentes en la realidad; muy al contrario, denuncia de manera exquisita en la forma y en el fondo toda la sordidez que nos rodea, porque si no fuera así, de forma poética, no podríamos soportarlo. Así que sí, sigue habiendo Werthers detrás de las redes sociales, en el patio de la escuela, en la soledad del encierro y del aislamiento de un mundo que todo lo expone para esconderlo.

«Cuando nos faltamos a nosotros mismos, todo nos falta», dice Goethe.

Y muchos son los que están solos con sus sentimientos, más solos que nunca.

Licenciada en Filología Hispánica (1984-89) y en Filología Alemana (2001-04) por la universidad de Salamanca, con diplomaturas en italiano y portugués. Vivió 10 años en Alemania, donde dio clases en la VHS (universidad popular) de Gütersloh, Renania del Norte-Westfalia, desde 1993 a 2000.

Posteriormente, ya en España, decide dedicarse a la traducción y corrección de libros y textos de diversa índole, labor que sigue ocupando a día de hoy.

Es miembro de la AEPE (Asociación Europea de Profesores de Español), de ASETRAD (Asociación Española de Traductores e Intérpretes) y otras entidades relacionadas con la traducción.

Asimismo, colabora como traductora honoraria para diversas ONG.