HEMEROTECA       EDICIÓN:   ESP   |   AME   |   CAT

Erick Miraval: Hijo de ‘La Odisea’


(Tiempo de lectura: 3 - 6 minutos)

El pintor hispano-peruano trabaja sobre un lienzo en proceso de gran formato, en el que se representa a dos hombres, elegantes, triunfadores, que casualmente tropiezan en la calle y caen al suelo en el momento más inesperado: "Uno de ellos podría ser Beckam, millonario, representación del éxito y expresión de reconocimiento por el resto del mundo, que ante un imprevisto se viene abajo desde su invisible pedestal. Por que nadie es triunfador por esencia, y los fallos forman parte del ser humano", afirma.

Erick Miraval, a día de hoy es un artista plástico cada vez más reconocido en España. En las últimas semanas dos exposiciones colectivas en Madrid cuelgan su obra de distinto formato, mientras da clase como profesor de anatomía artística en Bellas Artes de la Complutense, prepara nueva obra, y trabaja en la investigación; de la que muy pronto será su tesis, sobre el bolígrafo como materia artística. Sus cuadernos personales, bloqs de notas, folios están llenos de dibujos hechos a bolígrafo o rotulador fino, en los que una sucesión y combinación de puntos crean imágenes de mucho carácter pese a sus reducidas dimensiones.

Junto a la generación de expresiones sobre fondos que recuerdan a amorfos tonos de piel en los que aparecen trazos asociados a la imagen de Trump, de Kin-Jong-il y otros personajes.

Miraval nació en el Perú del interior, en una familia donde había maestros y profesores: "Hasta que cumplí los quince años no supe que había un sitio llamado Bellas Artes donde podía ser capaz de formarme y conocer las técnicas artísticas. Mis principios totalmente autodidactas: fui muy inquieto desde niño. Pasé once años de mi infancia en Fusabap, en la Amazonia peruana;, época que la que estuve hecho una especie de salvaje. Como abunda el barro y la arcilla, hacía figuras y muñecos con ramas y maderas. Ese fue mi comienzo en lo que podía significar de forma inconsciente mi incorporación al arte. Tuve buenas notas en las asignaturas científicas, pero me aburrían, y la vía para abrirme a otros espacios surgió cuando niño y adolescente me presentaba a concursos de dibujo, y empezaba a ganar premios. Obtuve uno que me permitió viajar al 'Space Camp' de la NASA en Alabama".

Su siguiente salto fue España, donde llega por vez primera a través de la Ruta Quetzal en 1998: "Me encargué de hacer dos diarios de viaje, vinculándome a esa iniciativa en años siguientes, con las consiguientes becas de estudios. En Lima estudié tres años en la Fusabap, lo que era la escuela de bellas artes de Perú, pero por esas cosas que pasan en la política peruana cerraron el centro y tuve que pensar en donde graduarme. En España no me convalidaban lo que estudié, tuve que volver a repetir el curso de selectividad, para finalmente matricularme en Bellas Artes de la Complutense y empezar la carrera desde cero. Entre cursos y seminarios especializados, de un país a otro, tardé casi una decena de años en licenciarme".

Finalmente, Miraval obtuvo el Premio Extraordinario del la Facultad madrileña. Pero con una grave amenaza sobre su vida: no tenía 'papeles': "Me encontré ante una situación insospechada: al día siguiente de ganar el premio fin de carrera era un ilegal: había dejado de ser estudiante y no trabajaba. Para conseguir un permiso de residencia pedían 40 horas de trabajo a la semana, pero ¿cómo se puede encontrar trabajo de tantas horas en el mundo del arte?".

Fueron años durísimos como 'ilegal': "Traté de buscar trabajo en clases particulares, vendiendo mis dibujos en la playa de Ibiza. También hacía haciendo pintura y dibujo en el escenario dentro de garitos y bares de Madrid. No tener documentos me impedía disfrutar de becas importantes. Sin un papel 'no existías', por mucho que hubiera ganado el premio extraordinario en una universidad o mi obra empezara a conocerse en circuitos especializados. Había gente que se quedaba con trabajos míos y se negaba a devolverlos. Y no podía ir a una comisaría a denunciarlo porque podían expulsarme del país en pocas horas. Nadie sabe el grado de vulnerabilidad de un artista inmigrante".

En un cruce de situaciones se encontró en 2012 con una delegación del Parlamento Europeo que venía a entregar el premio 'Sajarov' a los derechos humanos: "En aquella sesión pude desarrollar una idea propia: un mural hecho de rostros diversos que simbolizaba un mundo sin fronteras. ¿Cómo podían saber aquellos eurodiputados que también yo era una persona sin papeles, otro ilegal? Hablé con algún parlamentario y le expuse mi situación, me invitaron a comer, ofreciéndome algún contacto donde me asesoraron sobre la posibilidad de darme de alta como autónomo".

Momento clave fueron los meses del confinamiento: "El periodo fue duro, entre otras cosas por la muerte de mi padre por covid en Perú, pero me sirvió para reencontrarme conmigo mismo, bajo una óptica comprometida, hasta lograr nuevas vías y salidas, y ese tránsito se percibe en mi obra a partir de entonces. Finalmente obtuve la nacionalidad española, que ahora comparto con la peruana. Me casé después de jurar la nacionalidad, estaba realmente enamorado; nunca por oportunismo: somos padres de un niño que ha cumplido cuatro años. Ser un español más me ha ayudado a darme estabilidad como artista. Ahora soy profesor de la Complutense y alguna otra universidad. Mi obra también ha cambiado y es consecuencia de una evolución permanente. Me importan las cosas que veo y las que he vivido para bien o para mal. En esto soy una especie de 0diseo total. Mis pinturas nacen de una idea que desarrollo sobre el lienzo o el papel sin saber cual será el resultado final de la búsqueda. Nada me hace más feliz que pintar como un disfrute, ahora con una vida estabilizada. Esa sensación me da oportunidad para profundizar en aquello que quiero".

Miraval hace una pintura que analiza el movimiento, con capacidad para sintetizar las expresiones de la cara o el cuerpo; dibujo muy agradecido en el que cabe la obra de grandes dimensiones como el cuadro mínimo. Con dibujos que llenan sus cuadernos a base de apuntes con bolígrafo, reducidos en dimensiones, a veces enmarcados bajo guiños de una producción plástica que no deja indiferente a quien la contempla.

 

Doctor en Sociología y licenciado en Derecho, CC Políticas y CC de la Información es escritor de ficción y no ficción, periodista y autor audiovisual para cine y tv.