‘El inconveniente’, costumbrismo con su punto de drama
- Escrito por Manuel Espin
- Publicado en Cultura
Hace algo más de diez años una comedia con alguna nota dramática de tres personajes se estrenaba con los pies de puntillas. Escrita por el autor y también actor Juan Carlos Rubio partía de una situación casi costumbrista: una treintañera se ve obligada a comprar la 'nuda propiedad' de un piso a precio más bajo de lo habitual porque en ella todavía ha de vivir hasta su fallecimiento, una setentona. Pese a sus enfermedades la señora es un personaje vitalista y respondón, que fuma y bene aunque el médico se lo tenga prohibido; con la intervención de un tercer personaje masculino que ha ido pasando por distintos trabajos y profesiones a partir de su primera entrada en escena como agente inmobiliario.
En estos años desde su estreno, 'El inconveniente' se ha estrenado en una quincena de países, y se ha rodado su versión cinematográfica de la mano de Bernabé Rico (ahora productor teatral). La película ha situado en premios y nominaciones a la protagonista, Kity Manver, en primera línea de las actrices españolas, y el filme se estrenó pocos meses atrás en salas de cine de Centroeuropa. Ahora de forma casi inesperada 'El inconveniente' vuelve al teatro, en este caso al Pavón, para hacer temporada hasta bien avanzado julio, e iniciará nueva gira por otras ciudades españolas. Con un cambio de personajes: en esta ocasión quien ha de convivir forzadamente con la mujer madura es un hombre de unos 40 años que se encuentra solo tras haber sido engañado por su mujer, y quien aparece como elemento externo en diversos oficios es la fémina. La comedia tiene un punto dramático en su segunda mitad que está bien resuelto bajo el propósito que quiere transmitir a lo largo de su casi hora y media de duración: 'vivir la vida en el presente' basándose en la frase de John Lennon: "La vida es aquello que sucede mientras tu estás ocupado en hacer otros planes".
Lo que en principio aparece como una comedia costumbrista, de situación y de (dos) personajes con el añadido del tercero (la mujer) que no deja de ser un elemento externo, tiene un punto bien resuelto: no existe deriva hacia el sentimentalismo, ni un convencional romance entre protagonistas; cada uno vive en una realidad diferente y distanciada que se resuelve en una amistad. Por fortuna el chispeante diálogo evita chascarrillos, o alusiones de actualidad, y las pocas que pueda haber están dichas con elegancia.
Se trata, por lo tanto de una comedia de personajes que exige una química teatral entre ellos. Kiti Mánver domina la escena porque es un tipo que ha interpretado en todos los formatos y quedará como referente en su trayectoria profesional. Aunque se trata de una mujer disparatada y 'a la contra' en casi todo y que tiene toda clase de agarraderas para caer bien al público no es una Lina Morgan que busca provocar la carcajada a cualquier precio, sino que ofrece una variada muestra de tonalidades, y lleva el peso de la acción. En esta ocasión Cristóbal Suarez está muy correcto, con gran sobriedad y seguridad en el personaje sin estridencias, un hombre más vulnerable de lo que parece, creíble a los ojos del espectador. Mientras el perfil más disparatado corresponde al personaje de Marta Velilla, la chica que pasa por diversos oficios y a la que el autor-director, Juan Carlos Rubio, para su lucimiento añade una provocadora escena de monólogo-canción estereotipado ante un 'casting' para un 'talent-show' de la pequeña pantalla. Los momentos más dramáticos se resuelven sin poner el acento en las tragedias imprevistas, con un final abierto y esperanzador.
'El inconveniente' es una comedia amable bajo su tono costumbrista, en la que se evita el convencionalismo sentimental. No hay el menor atisbo de relación sexual, sino de amistad y convivencia. El tono es distendido y la comedia entretiene a un público diverso, lo que explica su larga vida escénica. Apenas hay crítica social y esta es epidérmica, el mensaje es contemporizador y bien recibido, y ese tono de suave humor sin estridencias es lo que llama la atención en una producción en la que Manver se encuentra a su gusto, sin derivar en el 'show personal' o la autoparodia. Ese tono de amabilidad ya sea con la parte de humor o con los instantes dramáticos es el principal acierto de esta comedia costumbrista que evita lo extravagante. Incluso las alusiones al cannabis carecen de elementos de provocación, porque el tono buscado es de la estilización sin tener por qué ser blanda ni recurrir a tópicos.
Manuel Espin
Doctor en Sociología y licenciado en Derecho, CC Políticas y CC de la Información es escritor de ficción y no ficción, periodista y autor audiovisual para cine y tv.
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