Bulgaria bajo el dominio otomano
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
Los turcos otomanos consiguieron el dominio de Bulgaria a finales del siglo XIV, manteniendo su soberanía hasta 1878, aunque Bulgaria no sería un país completamente independiente hasta 1908, como tendremos oportunidad de comprobar.
La situación de los búlgaros no fue buena durante este largo período de cinco siglos, teniendo que pagar elevados impuestos y padecer opresión. La élite búlgara, es decir, la nobleza, había sido diezmada y la población pasó a depender de los señores feudales turcos, los spahiyas. Solamente, a partir del siglo XIX comenzaría a desarrollarse la artesanía y el comercio.
Esta situación de dominación provocaría distintas sublevaciones contra el poder otomano. Curiosamente, el inicio de la decadencia del Imperio turco en el siglo XIX, provocaría más problemas para los búlgaros, ya que se intensificaron las arbitrariedades de los señores, terratenientes y administradores turcos al aumentar la presión fiscal y el ejercicio de la corrupción. Esto provocaría una suerte de bandolerismo organizado, con grupos de montañeses, los hajduks, que se organizaban en partidas de unos cien hombres cada una, con un líder, manteniendo una estructura jerárquica. Sus objetivos eran los señores y los funcionarios, con saqueos, castigos y venganzas.
En la década de los años cuarenta del siglo XIX comenzó a organizarse el movimiento nacionalista a través de una organización secreta, aunque tuviera sus orígenes ya en el final delo siglo anterior. Este movimiento comenzó a ser liderado por el monje Pisij, y después fue sucedido por Sofronij y Vracanski, Beron, Karavelov, etc.. El movimiento nacionalista tenía su dimensión política pero también cultural y religiosa, al ir contra la influencia griega en la Iglesia y en la educación. En 1870 se conseguiría la independencia del Exarcado ortodoxo búlgaro.
La década de los años sesenta vivió el auge del nacionalismo búlgaro, pero ya de clara dimensión política contra los turcos. Se buscaba aprovechar la inminente guerra serbio-turca para liberar Bulgaria. Aunque no hubo éxito, el nacionalismo organizado se consolidó, especialmente bajo la figura del intelectual Georgi Rakovski, un activo personaje, tanto dentro como fuera de Bulgaria, de ideas radicales frente al nacionalismo moderado, animando a los jóvenes a rebelarse frente al poder turco, al que consideraba que solamente se podría expulsar mediante la acción armada. Precisamente, Rakovski estuvo en la idea de colaborar con los serbios en el conflicto mencionado, para luego, fracasada esta iniciativa, fundar con Vasil Kevski en Bucarest, el Comité Central Revolucionario de Bulgaria, organización clave en la lucha por la independencia del país. En este sentido, en la primavera de 1876 se organizó la conocida como “sublevación de abril”, pero sería brutalmente reprimida, teniendo una evidente repercusión en la opinión pública europea.
En 1877 estallaría la guerra ruso-turca. Los pueblos eslavos se levantaron y Rusia decidió, en aras de la tutela cultural, religiosa y étnica que se había asignado, enfrentarse contra Turquía. En el conflicto participaron voluntarios búlgaros. La guerra terminó con la derrota de los turcos. Rusia impuso el Tratado de San Stefano, en marzo de 1878, que supuso la creación de la Gran Bulgaria, que debía extenderse desde el mar Egeo hasta el mar Negro, incluyendo toda Macedonia. En todo caso, se trataba de una independencia de hecho, pero no de derecho.
Pero el Tratado no convenció ni a los británicos ni a los austriacos, habida cuenta del poder que Rusia estaba alcanzando a través de Bulgaria, por lo que consiguieron que se celebrase el Congreso de Berlín en julio de 1878, que supuso una revisión de lo estipulado en San Stefano. En la parte septentrional del territorio búlgaro se constituyó el principado de Bulgaria, bajo la soberanía formal del sultán otomano. En la zona sur se crearía una región autónoma dentro del Imperio turco, denominada Rumelia Oriental, mientras que el resto del territorio continuaría bajo el dominio directo de los turcos.
En 1879, la Asamblea Constitucional del principado de Bulgaria aprobó la Constitución de Tarnovo, porque allí es donde se elaboró. Bulgaria se convertiría en una monarquía constitucional con un sistema legislativo unicameral, declaración de derechos y sufragio universal masculino. El primer príncipe fue Alejandro de Battenberg, alemán y emparentado con el zar, pero tuvo que abdicar en 1886 porque, a pesar de dicho parentesco, comenzó a defender una política contra Rusia. Le sucedió Fernando de Sajonia-Coburgo, que reinó hasta el final de la Gran Guerra.
En la Rumelia oriental se organizó un movimiento nacionalista, y en 1885 ambas partes de Bulgaria se unieron en un solo Estado.
La independencia de derecho del poder turco no llegaría hasta 1908 cuando los búlgaros aprovecharon la crisis que se había producido por la anexión de Bosnia-Herzegovina por parte del Imperio austrohúngaro. Así pues, el príncipe Fernando pasó a ser zar.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.
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