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La Logia Ibérica. La logia durante el siglo XIX


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De esta logia, se conserva una importante documentación desde su nacimiento en 1870 hasta su desaparición tras el fin de la guerra de España en 1939, que nos permite conocer sus trabajos internos, su relación con el mundo profano y con los otros organismos masónicos. La mayoría de esta información se debe a las comunicaciones que tenía con el Gran Consejo de la Orden y otras logias de la Federación; sin olvidar los datos que se pueden rescatar de los boletines oficiales del Gran Oriente Español. En este artículo hablaremos de la logia durante el siglo XIX.

A lo largo de esa extensa documentación, en varias ocasiones encontramos referencias a su nacimiento: “Fue fundada con el nombre de Luz de Mantua el 10 de febrero de 1870 (era vulgar). Ingresó en el Gran Oriente de España, el 12 de enero de 1881, bajo cuya obediencia trabajo hasta que en el año 1889 fue extinguido dicho Gran Oriente como Potencia regular para la constitución del Grande Oriente Español. El 7 de julio de 1889 se afilió e instaló en la Federación del Grande Oriente Español, con el número 7 entre los Talleres activos de la Columna Federal. El 14 de diciembre de 1889 se fusionó con la Respetable Logia Hijos del Progreso, número 53, y adoptó el nombre de Ibérica”. El 1 de enero de 1909 se incorporó a ella la logia El Progreso número 88.

Se puede decir, que esta logia es la madre de la Masonería madrileña, y del GOE. De hecho, al iniciarse el siglo XX, la masonería madrileña y el GOE, se concentra casi totalmente en esta logia, siendo la que mantiene mayor número de miembros, y la que está presente hasta el final de la guerra de España de 1939. Además de esta logia salen la mayoría de los cargos de la Obediencia, entre los que podemos citar al fundador del GOE, Miguel Morayta, a Emilio Menéndez Pallarés, Francisco Sosa, José Gordillo o Luis Simarro, entre otros.

Como apunta la profesora Olivia Salmón a partir de ella se fundan otros talleres madrileños, como las logias Condorcet o la logia Hispanoamericana; y con ayuda de éstas, las logias Life y Luis Simarro. Siendo por otro lado, la logia madre de varios triángulos en otras regiones españolas.

El 11 de junio de 1881, encontramos la funda de una logia, también llamada Ibérica, en este caso con el número 19, dentro de la Gran Logia Simbólica Independiente Española que al menos sigue existiendo en los años 1882, 1883 y 1884, como certifica varios documentos. El 1 de enero de 1983, tiene veinte asociados, y ocho miembros honoríficos de la logia Hispanoamericana núm. 15; el venerable maestro es C. Alonso y el secretario Federico S. Comendador. Tienen problemas internos lo que lleva a que abandonen el taller quince hermanos, de ellos doce, por descubierto en el tesoro; a lo que se une, que José Orioles Orsini y Alberto Mendiondo, simbólico Voltaire, se hallan sujetos a expedientes por faltas cometidas en el ejercicio del cargo de tesorero. De la logia Ibérica núm. 7, hay dos cartas constitutivas de 1890, una del GOE y otra del Supremo Consejo del Grado 33.

El 1 de junio de 1893, por plancha de la logia Ibérica núm. 7, dirigida a la logia Amor núm. 20, sabemos, que además de producirse la instalación de la logia Amor, ésta nombra miembros honoríficos a todos los miembros de la logia Ibérica. En ese momento tenía veintisiete miembros.

16 de enero de 1896, sigue activa, como demuestra un informe sobre dos planchas de los miembros, Pedro Roble y José Nogué.

Tras la crisis finisecular, que como sabes afecto a la masonería española, la logia Ibérica, recobra los trabajos oficialmente el 30 de noviembre de 1900, conforme muestra su carta constitutiva. El venerable maestro era Eusebio Iñiguez; el primer vigilante, Cirilo Alonso Tobes; el segundo vigilante, Manuel Lecea. El Gran Tesorero del GOE es Víctor Gallego; el Gran Secretario, Adolfo Díaz; y el Gran Maestro Miguel Morayta. Aunque esto no es ápice que siguiera trabajando durante esos años de forma eventual y esporádica.

Su reorganización se produce con anterioridad al 12 de marzo de 1900, pues con esta fecha se comunica al Gran Consejo de la Orden, la reorganización de la logia Ibérica, y la composición de los dirigentes de la misma tras haberse celebrado las elecciones en las que son elegidos: Venerable Maestro: Francisco de Sosa Arbelo, Primer Vigilante: Víctor Gallego Barrientos, Segundo Vigilante: Santiago Martín Llorente, Orador: Luciano Aneiros Pazos, Tesorero: Julián Rodríguez, Primer Experto: Adolfo Diaz y Henriquez, Segundo Experto: José Gordillo Díaz, Arquitecto Revisionista: José Castillo Mira, Hospitalario: Deogracias Ortega, Director de Banquetes: Leopoldo Fallola Degiorgi, Primer Diácono: Tomás Aregola, Segundo Diacono: Manuel García López, Porta Estandarte: Victoriano Zapatero, Guarda Templo: Celestino Rodríguez, Secretario Adjunto: Carlos Pemin López, Orador Adjunto: Julio Lloveras Acebal.

El 12 de mayo de 1900, se dirige una plancha al hermano Espartero, firmada por el venerable maestro y el secretario del taller, en la que se afirma que ha sido elegido para la comisión de Justicia.

El 12 de julio, se afilian a la logia Carlos Calera Egaña, simbólico Constancia, grado 24 y Restituto la Villa Escobedo, simbólico Arquímedes grado 3º.

El 14 de julio de 1900, pide afiliación Vicente Polo Aviment, simbólico Mendizábal, grado 33, que había sido venerable maestro de la logia la Razón núm. 142, suspenso de sus derechos masónicos por este Gran Consejo y que la logia Ibérica, en un afán de recobrar trabajos y recuperar a los masones en sueños, solicita del Gran Consejo la rehabilitación de sus derechos masónicos. El 2 de agosto de 1900, finalmente es afiliado, suponemos que por haber sido aprobado por el Gran Consejo de la Orden su rehabilitación.

El día 12 de agosto, pide plancha de quite Adolfo De Maglia.

El 17 de agosto de 1900, escriben al Gran Consejo enviándoles una copia del estudio que la logia Ibérica hace sobre el cuestionario que ha de tratarse en el Congreso Internacional Masónico que se va a celebrar en París, del 1 al 2 de septiembre de ese mismo año.

El 30 de noviembre de 1900, se dirigen al Gran Consejo de la Orden para solicitarle que haga un estudio que investigue los hechos ocurridos en Barcelona en la que un confinado en esa ciudad, “ha herido a uno de la que forman parte de la comunidad titulada padres familiares de Paul, porque estos, según noticias, valiéndose de que se hallaba preso le casaron a una hija y bautizaron a un hijo canónicamente”.

El 20 de diciembre de 1900, se celebran las elecciones en el taller, que da el siguiente resultado: Venerable Maestro: Francisco Sosa, Primer Vigilante: Víctor Gallego, Segundo Vigilante: Jorge Girod, Orador: José Moreira, Secretario: Juan G. Arroyo, Primer Experto: Manuel García López, Maestro de Ceremonias: Victoriano Alonso, Tesorero: Julio Borreguero, Limosnero: Deogracias Ortega, Arquitecto Revisionista: José E. Calvet, Guarda Templo: Restituto la Villa, Secretario Adjunto: Carlos Perrin, Orador Adjunto: Vicente Polo, Maestro de Banquete: Leopoldo fallola.

El día 27 de diciembre de 1900, se afilia al taller Francisco Hermida y Álvarez, simbólico Pardo de Cesca, grado 3º, procedente de la logia Méndez Núñez, núm. 151; en esa misma fecha acuerdan celebrar un banquete el día 31 para celebrar la terminación del siglo.

Como vemos, la logia Ibérica núm. 7 termina el siglo XIX totalmente reorganizada y con un futuro prometedor que veremos en un siguiente artículo.

Bibliografía.

- BOGOE, 1 de mayo de 1894

- CDMH Masonería A 550 – Logia Ibérica

- CDMH Masonería A 550/6 – Logia Ibérica

- CDMH Masonería A 550/1 – Logia Ibérica

- CDMH Masonería A 550/2 – Logia Ibérica

- SALMÓN MOVIOLA, Olivia: La palabra de paso. Identidades y transmisión cultural en la masonería de Madrid (1900-1936), Santa Cruz de Tenerife, Idea, 2008, pp. 123-125 y p. 508

Funcionario del Cuerpo de Gestión de Sistemas e Información de la Administración General del estado. Actualmente destinado en el Ayuntamiento de Madrid como jefe de Unidad en la subdirección general de Comunicaciones del Organismo Autónomo Informática Ayuntamiento de Madrid (IAM). Doctor en Historia e historia del arte y territorio con la tesis “Masonería y Política en Madrid (1900-1939). Miembro del Centro de Estudios históricos de la Masonería Española (CEHME). Miembro del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Libros: La quema de conventos de mayo de 1931 en el Madrid republicano. El anticlericalismo de la gasolina y la cerilla. Saarbrücken, Academia Española, 2015, y La masonería madrileña en la primera mitad del siglo XX. Madrid, Sanz y Torres. 2019.