El Nilo Azul. Bruce. El Regreso. II
- Escrito por Emilio Alonso Sarmiento
- Publicado en Historalia
En el texto anterior, dejamos a James Bruce, en el sultanato de Sennar, en su ya decadente época.
Su rey Ismael, igual que Tecla Haimanout en Etiopía, apenas era algo más que un títere de su visir, el jeque Adlan. Era un hombre joven, de unos 34 años, de complexión más propia de árabe que de negro, desvalido y, al parecer, de temperamento débil e inquieto. Atrapado en la red de su propia indolencia, Ismael quedó asombrado de que Bruce, con una casa de su propiedad, arriesgara su vida y sacrificara su bienestar, realizando peligrosos viajes por África. Bruce le respondió, que era una especie de derviche, que había renunciado a las cosas agradables del mundo, a fin de expiar sus pecados. “¿Y cuantos años lleváis viajando?” le preguntó el rey.
“Casi veinte años”
“Seríais muy joven”, comentó el rey, “para haber cometido tantos pecados y tan temprano ¿fueron todos con mujeres?”
Pudorosamente Bruce admitió, que una parte lo fueron.
A continuación, Bruce visita al jeque Adlan, que vivía en un lugar más saludable, a cierta distancia de Sennar. Allí se encontró con un hombre muy distinto, un genuino jefe del desierto, de mirada penetrante y carácter franco. Adlan vestía de raso carmesí, con una daga montada en oro, en el fajín y, una enorme amatista en el dedo. En muchos aspectos recordaba a un mameluco de Egipto, con sus belicosos esclavos, sus elaboradas galas y su famoso escuadrón de 400 caballos árabes, la Caballería Negra de Sennar. Se imponía gracias a esa caballería y, causa extrañeza, que no lograra más de lo que logró, pues constituía la fuerza de choque, más potente de todo el Alto Nilo, además de poseer un notable nivel de eficacia.
Con semejantes hombres, Adlan habría podido dominar su pequeño universo del Nilo Azul, sin embargo, los musulmanes, aún andaban más divididos, si cabe, en grupos tribales enfrentados, que los etíopes y, la decadencia en la corte de Sennar, se expandía como un mal devastador. Más que cualquier otro lugar del Nilo, este pequeño estado medieval, no estaba en condiciones de hacer frente, a la arrolladora conmoción del siglo XIX, que bien cerca ya acechaba. Como los mamelucos, Adlan y su caballería negra, eran objetivos ideales para la artillería moderna.
Bruce detestaba Sennar y huyó de allí, tan pronto pudo, pero antes, en septiembre de 1772, se vio privado prácticamente, de todos los bienes que trajera consigo de Etiopía. Al cabo de una semana o dos, llegaba en camello, a la confluencia de los dos Nilos, en Halfaya, “una gran ciudad bella y placentera, a pesar de estar construida en arcilla”. Se hallaba más retrasada respecto al Nilo, que la actual Jartum y, sus habitantes, según anota Bruce, comían gatos, cocodrilos e hipopótamos. Del Nilo Blanco, sin embargo, no dice ni una palabra. Acepta que el Nilo Blanco sea más largo que el Azul, pero se niega en redondo, a llamarlo Nilo, sólo lo menciona por su nombre nativo, el Abiad.
Cada vez se siente más cansado y, para colmo de malestar, contrae una enfermedad nilótica, la dracontiasis, producida por un parásito que ulcera la carne. Con todo, el 4 de octubre, alcanzaba Shendy, desde donde, con bastante regularidad, partían caravanas hacia El Cairo. Bruce era consciente de que se encontraba, en un antiquísimo asentamiento del Nilo. Por vez primera, desde que estuviera en Axum, Etiopía, tres años atrás, se cruzaba con vestigios de templos en ruinas. En las afueras de Shendy “montones de pedestales y fragmentos de obeliscos”, cubiertos de jeroglíficos, aparecían esparcidos por el desierto. “Es imposible no aventurar la suposición - escribe Bruce – de que ésta es la antigua ciudad de Meroé”, suposición del todo correcta. Curiosamente no menciona el castillo de Shendy y, eso que, durante su estadía de dos semanas, hizo la corte a la “sittina”, la reina de la provincia, que vivía a un km de la población.
Pues eso.
Continuará.
Emilio Alonso Sarmiento
Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.