Carlos Esplá y el Informe Beveridge (VI) “las primeras repercusiones del informe”
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
Una vez presentado el informe del Plan al Gobierno británico en el otoño de 1942 se planteó el primer problema, ya que en el ejecutivo había conservadores y laboristas. El acuerdo no podía ser fácil. El primer escollo se salvó a través de una transacción. El Plan sería aceptado, en principio, como un programa, pero su realización se haría por etapas.
El siguiente problema surgiría de las empresas de seguros, que con el Plan quedarían absorbidas por el Seguro Obligatorio del Estado. Esas compañías eran poderosas y tenían fuerza política con intereses no solamente entre los más poderosos sino también en el ámbito popular. Por otro lado, también es cierto que el poder de las masas organizadas británicas no era desdeñable.
Esplá exponía, por lo demás, que algunas objeciones al plan no provenían de intereses directos sino de la resistencia británica a “la perfección”, y que arrancaban de una especie de mentalidad basada en el rechazo a reformas demasiado completas y definitivas.
Otras objeciones partieron de que algunos dudaban de la capacidad económica británica para soportar el Plan. Su presupuesto era de casi 700 millones de libras, y era escasamente menor al presupuesto total de gastos del Estado británico antes de la guerra. La pregunta era si el Reino Unido podría aguantar este gasto al terminar la contienda, si el país se resistiría o no a gastar en su propio bienestar social una parte de lo que gastaba en la guerra. Beveridge era optimista en este sentido, pero este sentimiento no era compartido por todos.
El próximo artículo será el último y tendrá que ver con el debate político que suscitó el informe del Plan Beveridge. De ese modo cerraremos esta serie que conmemora el aniversario del mismo.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.
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