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Hacia una estética del lenguaje: el texto literario


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Cuando un autor manipula el lenguaje común para causar extrañeza o extrañamiento en el receptor estamos hablando de un uso literario del lenguaje. El texto literario ha sido recuperado como objeto de estudio gracias a los enfoques comunicativos en la enseñanza de lenguas. Así, los textos literarios sirven para acercar a los alumnos a la Literatura.

Más concretamente, el trabajo académico con textos literarios de cualquier género, ayuda a desarrollar las destrezas expresivas y capacidad lingüísticas de los alumnos. La Literatura y su conocimiento están asociados a la comprensión lectora. La comprensión lectora puede definirse como el conjunto de capacidades que posee un hablante para comprender el significado interno de cualquier texto, así como el de relacionar su significado con otros textos de sus mismas características. Poder integrarnos en la belleza de un texto es una opción que para el futuro será reservada para una élite, porque en este momento se ha olvidado en el entretenimiento cotidiano. Ya hemos hablado de lo que significa inferir en un texto.

En el mundo académico y cultural el texto literario se ha revalorizado desde su punto de vista estético y comunicativo como producto que causa placer o entretenimiento. Si bien cada época ha marcado los ideales o cánones de lo que era bello, literario o aceptado estéticamente, el texto literario ha pasado a convertirse en un producto de consumo que no tiene por qué tener aplicación práctica alguna. Cuando el lector se enfrenta a un texto que se caracteriza como literario, el lector experimentará el sentido del gusto o no por el texto que lee. Independientemente de que haya sido catalogado en la sociedad como tal, el lector, el alumno, partiendo de su experiencia estética particular, identificará los valores positivos del texto, aquellos que están relacionados con «lo bello» y lo convertirá en un hecho de «placer estético».

Esta concepción teórica del texto literario ha implicado que en la docencia, en el área de enseñanza se hayan incorporado elementos de los estudios críticos literarios tales como la interpretación del sentido del texto, el análisis de ciertos aspectos lingüísticos o el comentario completo de un texto. Se configura así un cambio metodológico en la Didáctica de la Literatura que llega a confundir a nuestros alumnos porque puede parecer que les pidamos que se conviertan en filólogos en potencia. El aprendizaje de la sintaxis, del léxico, de la gramática en definitiva servirá –aunque los alumnos no encuentren en un principio para qué- les hará con el tiempo, lectores cultos que sabrán diferenciar aquel autor que escribe bien del que no lo hace. Sabrá disfrutar estéticamente de un poemario y se hará desde un principio aficionado para después lograr integrarse en un compromiso desde el punto de vista del lector/artístico.

Como indica Lorena Piña (2005, p. 64): «La experiencia de “lo literario” es, desde esta perspectiva, una experiencia hermenéutica que posibilita la lectura de lo “estético” más allá de la palabra misma, aun cuando el lector no sea un experto en literatura». En el proceso de comprensión de un texto literario, el lector primero, aunque sea de manera inconsciente, se plantea dónde reside la belleza del texto, el por qué le ha gustado el texto o, incluso, cómo se le ha ocurrido al autor disponer la escritura del texto de esa manera tan efectiva y no de otra. Estas preguntas están basadas en la presuposición de que existe un autor detrás de una obra, que es el que plantea la historia o el poema para que el público lo comprenda y lo disfrute.

Lo cierto es que en el proceso de creación de una obra literaria, el lenguaje literario puede ser el resultado del proceso de revisión de otros autores anónimos o el trabajo de varios autores que firman una obra colectiva bajo un seudónimo. Este tipo de factores en el mundo literario, además de la importancia de la determinación del lenguaje literario de una obra, han de tenerse en cuenta a la hora de desarrollar la educación literaria o de difundir correctamente un texto entre lectores. Por otra parte, tampoco podemos olvidar que el lenguaje literario estará a disposición de las tipologías establecidas en los géneros literarios. Los géneros literarios se han sometido a diversas clasificaciones desde el nacimiento de la Teoría de los géneros en el siglo XIX. Tradicionalmente, y de una manera más didáctica, se ha alcanzado el acuerdo de que existen tres tipos de géneros mayores: narrativa (conocida como épica), lírica (conocida como poesía) y drama (conocido como teatro).

Conocer estos géneros de primera mano, es decir, conocer estos géneros en directo y con autosuficiencia cultural es y será uno de los privilegios del ser humano culturalmente formado.

Doctora en filosofía y letras, Máster en Profesorado secundaria, Máster ELE, Doctorando en Ciencias de la Religión, Grado en Psicología, Máster en Neurociencia. Es autora de numerosos artículos para diferentes medios con más de cincuenta publicaciones sobre Galdós y trece poemarios. Es profesora en varias universidades y participa en cursos, debates y conferencias.