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Respetar la memoria de Galdós: “Mi lenguaje se justifica por mi superior educación” En defensa propia


(Tiempo de lectura: 6 - 11 minutos)

Por Rosa Amor del Olmo, doctora en filología, hermana de Fígaro, galdosiana, galdosista, liberal, sociata del lumpen de barrio, religiosa, editora, escritora, poeta, humillada por el machismo literario, docente, estudiosa, madrileña, avergonzada del panorama periodístico y otras cosas más.

Es muy característico, por desgracia para todos, que algunos sectores de la sociedad quieran empecinarse en volverse analfabetos. ¡Con lo que ha costado alfabetizar a la población! La cuestión de los medios de comunicación en degeneración ya era temática de Fígaro y de otros tantos autores posrománticos hasta llegar a los autores realistas, los cuáles hablaron sin precedentes de estas cuestiones. Yo también me uno a esta deplorable forma de “creer que se hace cultura” y de difundir en los medios de comunicación noticias de Centenario compradas, inventadas y sin ningún interés nacional.

Para los que me conocen y para los que no, solo quiero recordar que soy galdosiana y galdosista (el sufijo –ista hace profesiones) desde hace muchos años. Es por ello que llevo estos dos últimos de bicentenarios escuchando sandeces por doquier. ¿Por qué? Porque es el año del Centenario de Galdós y salen todos los pícaros, pícaras, pícares todes a la palestra a confundir y a intentar forrarse el riñón o lo que es peor, a intentar hacerse famoso, crear polémica, descubrir el Mediterráneo, salir a hombros de la Plaza, en definitiva. Tras publicar 37 números de Isidora Revista de Estudios Galdosianos, en general pagados por mí y algunos mecenas, apoyados por el Ministerio en su día (cuando se pensaba que a las revistas de interés nacional se las ayudaba comprando suscripciones para las bibliotecas de todo el país) después se consideró que las revistas no interesan y se apoyó a las de los amigotes. Hemos (utilizo el yo mayestático a ratos, que por cierto, también se enseña en periodismo) publicado más de cincuenta traducciones de Galdós que nadie había hecho, ediciones para Anaya que por cierto han descatalogado sin razón aparente como el Teatro Completo, otras para diversas editoriales, colaboraciones múltiples de divulgación, charlas y talleres de lectura gratuitos a millones, hemos llamado a puertas, hemos revisado más de 60 manuscritos galdosianos, hemos trabajado gratis en ecdótica y/o tablas temáticas para algún académico de la RAE sin reconocimiento alguno, hemos divulgado como nadie la obra de Galdós por años en Francia, otros en Holanda, muchos otros en EEUU, en definitiva, impulsar a Galdós donde se debe de hacer (lo de la perífrasis del deber de más infinitivo que igualmente se enseñaba en periodismo). Encuentro este país, como afrancesada que soy, deplorable y más atrasado que el propio Catón. ¿Qué os pasa chavales? ¿En serio que solo os preocupa la chochez? ¿Sólo podéis hablar de cotilleos de mal gusto de la obra de un insigne escritor que por cierto va por detrás de Cervantes en su proyección general, pero que en las aulas es mucho más práctico que el primero?

¿Habéis publicado en vuestros periódicos que Galdós es un genio del dominio de los discursos de la lengua insertados en diversas categorías literarias? O eso no se estudia en la facultad de comunicación, donde por cierto he impartido clases y lo sigo haciendo. ¿No recordáis las secuencias textuales, la fraseología, la lengua coloquial, el discurso formal, la descripción, la narración, el diálogo o la exposición? ¿Por qué no os miráis algunos diálogos escritos por Galdós en alguna novela, en sus novelas dialogadas o en sus textos teatrales? ¿Para qué? Vamos chavales, porque ahí es donde se expresa Galdós, ¡ojo!, también en el lenguaje amoroso, ese de chochez que tanto parece gustar a las huestes de la caquexia intelectual.

Estoy convencida de que más de un juez saldría a la defensa del derecho a la intimidad de los escritores cuyas obras están a disposición de todos, pero que nadie sale en defensa de sus valores pero que pertenecen a la vida privada, privada del autor. También queremos ganar pasta y prebendas con esto. Creo que es de lo primero que se estudia en filología y en periodismo, el respeto por los autores, por el plagio, por sus obras, por lo que de ninguna manera hubieran querido que se exponga a los buitres y a mancillar su memoria pasando a ser “el follarín de los bosques” que se conoce es para lo único que ha quedado mi pobre difunto don Benito.

¿Por qué no se habla del Galdós periodista? ¿Por qué no de sus ensayos mordaces hasta la muerte? Quizás, ¿De sus misivas contra los críticos teatrales? Éstas son más fáciles de analizar. La correspondencia con políticos, con académicos, con personajes de la vida cultural, sus escritos para mítines, todo ello de verdadero valor histórico. ¡Ánimo las hemerotecas y las salas Cervantes de la Biblioteca Nacional os esperan! ¡Ardor guerrero que se llama!

Se recuerda el sentido de que exista una Casa Museo Pérez Galdós de Las Palmas, donde los que trabajamos en ello nos pagábamos nuestros viajes para ir a investigar. ¿Qué sucede? Que no podéis entrar en ninguna parte, tampoco algunos escritores de “nombre”, ratitas, periodistas de micro, hacedores de malas películas y otros, porque no sois investigadores, no sabríais por dónde empezar. Sin embargo, tiramos de pluma o de micro como nadie para decir sandeces incoherentes, mentir, fabular, que es mucho más fácil. Pisáis a profesores de historia que saben poner en contexto a Galdós y a su cuadrilla, que de verdad saben lo que pasa, a todo quisque, robando información que pueda vender de aquí y de allá sin dar referencias de dónde extraéis dicha información, sin mencionar a los trabajadores de la obra galdosiana. Es más fácil recurrir a lo mismo: Galdós tuvo por amante a Pardo Bazán, se decían cochinadas y Valle Inclán le llamó don Benito el garbancero y por eso se odiaban. Hay calles en Madrid que son muy importantes porque Galdós las menciona y son objeto de turismo. Fin del legado galdosiano.

¡Ostras! Qué vergüenza chavales. Si filtramos la cantidad de estupideces que se han dicho a países como Francia que jamás harían lo que aquí con Flaubert, Zola o Balzac, pasaría lo de siempre: que también en esto demostramos que somos unos fiesteros. Es mentira todo lo que decís, no os enteráis de nada, no conocéis la historia, ni la historia literaria, ni mucho menos la literatura, ni las relaciones entre los autores. Y lo peor es que no la queréis conocer.

¿Sabían que Galdós fue director del Teatro Español en 1913 y que los amigos que querían hacerse famosos como Valle o Unamuno se cabrearon porque no les programó sus obras? ¿Sabían que Valle quiso adaptar Marianela al teatro, pero no lo supo hacer, sin embargo quería la fama? Al final estrenaron Marianela los Álvarez Quintero. Se ha estrenado Electra hace años con éxito inaudito, muy bien dirigida, se ha estrenado Doña Perfecta, con un tratamiento del texto y puesta en escena gloriosos, se ha llevado al cine por Garci El abuelo, fiel al texto como nadie, se ha representado Miau, La loca de la casa…don Pedro Ortiz Armengol asesoró la serie de Camus de Fortunata surgida con fondos franceses gracias a una traducción de la obra al francés… se ha descubierto en los vueltos de una novela manuscrita de la Sala Cervantes (BNE), otra que no estaba publicada, por mi colega Alan Smith de la Universidad de Boston quien la llamó Rosalía, porque las obras de Galdós otorgaron un protagonismo revolucionario al universo femenino de las mujeres de la sociedad española, no de las estupideces de cartas de amor que no tienen ninguna trascendencia. ¿Sabíais que Alfonso Guerra, Leguina y otros políticos de bandos y bandes conocen a Galdós y han participado amablemente para hablar siendo conscientes de que no son especialistas y de que humildemente tan solo darían su opinión?

Se ha obtenido en Marruecos un premio nacional en 2014 a Omar Bouhachi por Doña Perfecta al árabe, se ha traducido al francés por Daniel Gautier, entre otras, la primera serie de episodios donde nuestros vecinos pierden la guerra y no les mola mucho. Se han realizado Congresos de traductores y especialistas reuniendo a más de cien ponentes con participación gratuita de académicos, profesores y casualmente con alguna colaboración de “los escritores de ahora” que fueron los únicos que han cobrado y cobran por hablar de Galdós, pero que fuera del dinero se la trae al pairo Galdós y todo lo demás. ¡Tranquis!, que el próximo año harán lo mismo con doña Emilia que tenemos Centenario de nuevo. Saldrán debajo de la tierra especialistas que nunca han escrito ni una letra sobre Pardo Bazán, pero ocuparán esos micros, teles y demás atracciones del parque español.

¿Qué decir de la que ha dirigido por muchos años la Casa Museo de Galdós, especialista en museos y en Galdós, conocedora de todos los que se han acercado al autor que nació en Canarias, Rosa María Quintana, quien impulsó la obra, el galdosismo, el trabajo serio como nunca se ha hecho, ni se hará. Ella y algunas otras socialistas apoyaron iniciativas realizadas en Madrid y no solo en Las Palmas. ¡Unas grandes! Una época (hace 13 años, sin más) en la que el director del libro Rogelio Blanco te cogía el teléfono él mismo y le preguntabas si podían ayudar a un congreso y el hombre, hacía lo que podía. ¿Habéis recordado el trabajo de grandiosos profesores exiliados en Estados Unidos y otros hispanistas franceses, belgas, holandeses, los cuales han conservado y mantenido un legado, con revistas, publicaciones y congresos como nunca se ha hecho con otro autor español? Claro, eso no podemos decirlo porque ni sabemos quién ha mantenido a Galdós durante el franquismo. Os paso listados de todo lo que queráis, textos divulgativos que invitan a la lectura, ¡vamos chavales! Ánimo que nunca es tarde para dejar de hacer el ridículo. Proyectos buenos de ciudad para seguir a Galdós con avatares de personajes, diccionarios galdosianos… mil cosas. ¿A que nada sabéis de esto creado hace muchos años? Claro que no. No avergoncéis más a este país y a su proyección fuera de las fronteras que algunos nos hemos partido la cara por defender la intelectualidad en una España que ahora se queda en chocheces y en periodismo oportunista.

¿Habéis revisado qué contenidos de Galdós y por qué, se enseñaban durante la etapa franquista? ¿Habéis revisado si estaban manipulados o por qué no se conocían las novelas contemporáneas y por supuesto el teatro? ¿Sabíais que no hace muchos años en Las Palmas se prohibió que Marsillach estrenara un texto teatral de Galdós? No conocéis a nadie, ni queréis hacerlo. Es mejor ser mediocre paracaidista de Centenario, venir a última hora a decir estupideces incultas que no trascienden ni trascenderán. Se han escrito biografías, se ha demostrado el compromiso político oculto y no tan oculto de Galdós, se ha argumentado sobre sus creencias con verdadero poder intelectual y profesional. ¿Sabéis que este año se ha incluido la palabra galdosista y galdosiano en el diccionario de la RAE? ¡Qué monada! ¿Tal vez porque hay cien años de profesionales dedicados a su legado y su obra? ¡Biennnnnnn! Habéis acertado.

Seguimos publicando textos para revistas, el CSIC ha lanzado algún que otro trabajo, lectores y aficionados a Galdós han mantenido sus respetables páginas sobre crónicas de Madrid y vida galdosiana, otros además, enseñamos a universitarios que no lo han leído y a otros chavales como vosotros aunque tengáis cincuenta tacos, que no quieren leer, la importancia de la obra galdosiana. Les inculcamos la semilla de la novela moderna creada por Galdós. Hemos llevado charlas galdosianas a los pueblos, como en las misiones pedagógicas y sería incontable todo lo que se ha hecho. Claro, si no te informas bien, entonces no eres periodista, ni escritor, especialmente cuando te piden hablar de otros escritores. ¡Hasta las cejas de cerrilismo!

Entonces, aunque solo sea por respeto a millones de personas que se han acercado a su obra, a profesionales, al pueblo sin más, deberíais terminar este insulto centenarial de un escritor como Benito Pérez Galdós, quien se aburrió de decir en entrevistas que su vida privada no interesaba a nadie, pero que sin embargo, nos empecinamos en cotillear y murmurar como metonimia de una ignorancia suprema.

Doctora en filosofía y letras, Máster en Profesorado secundaria, Máster ELE, Doctorando en Ciencias de la Religión, Grado en Psicología, Máster en Neurociencia. Es autora de numerosos artículos para diferentes medios con más de cincuenta publicaciones sobre Galdós y trece poemarios. Es profesora en varias universidades y participa en cursos, debates y conferencias.