La política como espectáculo y la verdad como víctima
Resulta patético observar cómo se ocupa una enorme proporción del espacio mediático con contenidos vacíos. Sólo cuenta la exagerada expresión de actuaciones verbales y corporales, generalmente en medio de una trifulca sin el menor sentido, excepto claro, para confundir en favor de intereses personales o de grupo, en lugar de que sean contribuciones al interés general. El efectismo. La extravagancia. La impostura. Todo vale. El comienzo de la campaña electoral dio su primer acto en las Cortes estos días.
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